Cuentos de un filósofo taxista
Hace unos meses, en compañía de mi hermana tuve un viaje, para movilizarnos en la ciudad llamamos a un viejo amigo de mi papá, taxista desde hace muchos años, no por vocación pero si por convicción de que el taxi lo sacaría de apuros y sobre todo, lo haría conocer personas que le harían aprender y enseñar el sentido de la vida. No lo conocíamos, nunca lo habíamos visto, sin embargo, cuando llegó a recogernos, supimos que era él, por la expresión en su rostro cuando nos reconoció (por las indicaciones que le dimos) sonrió de oreja a oreja y su bigote ancho se curvó con el movimiento de su risa, de baja estatura y tez morena, inspiraba confianza; nos manifestó lo contento que estaba por conocernos y por llevarnos seguras hacia donde íbamos. A lo largo del camino hizo preguntas y también dió respuestas, nos contó como fue que empezó a manejar taxi, su vocabulario era muy extenso y utilizaba palabras técnicas, dijo que le gustaba mucho le...