El Valor de la Voluntad
La voluntad es un valor que vale la pena ponerlo en práctica; estás palabas con "V" van muy bien unidas a nuestro sentido de "ser y hacer". Vivimos en un siglo de entretenimientos y diversiones instantáneas, una era tecnológica que nos ha brindado tanta, ¡pero tanta! información, de maneras tan fáciles que muchas veces olvidamos escuchar nuestra voz interna, olvidamos que el tiempo, cada segundo, es valioso y debemos prestarle profunda atención. Consumimos todo procesado, desde la comida hasta el entretenimiento, desde que todo se volvió tan fácil, pensar se volvió difícil y tener voluntad imposible.
La voluntad es aquello que nos empuja y redirecciona, es algo simple pero a la vez complicado, la voluntad es el saber que tenemos que hacer algo y hacerlo, aún sin ganas, aún sin motivación, aún sin determinación, aún sin disciplina, la voluntad es un sentimiento de querer tan fuerte hasta que se haga. La voluntad es lo que construye en nosotros esas ganas, esa motivación, esa determinación y esa disciplina que nos hacen mejores personas, mejores seres humanos tanto interna como externamente.
Voluntad es algo simple; desde levantarnos por la mañana, bien tempranito, para ir a hacer ejercicio, o para desayunar antes de salir a trabajar, o para arreglarnos y ponernos guapos, o para ordenar la casa, o no ver el celular a menos que sea necesario; levantarnos para hacer algo que queremos hacer pero que necesitamos ese "esfuercito extra" para hacerlo. Pero voluntad también es algo complicado, voluntad significa hacer cosas que queremos hacer pero que resultan difíciles y por lo tanto necesitamos un "gran esfuerzo extra" para hacerlas; desde ir a fisioterapia porque nos quebramos un brazo, o ir a nadar a las 5:30 am por salud, o estudiar mucho para un examen super importante, o estar tomando mucha medicación y siguiendo un régimen alimenticio estricto para mejorar.
La voluntad básicamente significa hacer o dejar de hacer para "MEJORAR" aquellos aspectos de mi vida en los que debo, tengo y necesito ver cambios, y también para "PROGRESAR" en aquellos aspectos en los que ya estoy mejorando pero puedo hacerlo mejor, POR MI, PARA MI, y en consecuencia PARA LOS DEMÁS.
Pero, ¿que pasa con esta era tecnológica en donde todo lo que consumimos es procesado? Pues no hay espacio para la voluntad... Ni siquiera valoramos su sentido, pasa desapercibido. Queremos entretenimiento pero en lugar de jugar o pasar el tiempo leyendo, practicando deporte, dibujando, cantando, (cualquier actividad que nos guste y nos divierta) tomamos el celular, la computadora, la tv y buscamos algo que nos divierta, algo en donde podamos ver a gente jugando, leyendo, practicando deporte, dibujando o cantando y ¡listo! nos estamos entreteniendo.
Tenemos hambre y deseos de comer algo rico, pues vamos, tomamos el celular y pedimos comida rápida, nos falta voluntad para hacer algo que queremos por nosotros mismos.
Nos falta voluntad para decir no.
Nos falta voluntad para decir si.
Nos falta voluntad para mejorar.
Nos falta voluntad para progresar.
Nos falta voluntad para dejar ir.
Nos falta voluntad para seguir.
Incluso ahora nos falta voluntad para ser felices, positivos, activos y agradecidos.
Por eso vivimos en un mundo en el que todo es más fácil, pero vivir se está volviendo más complicado; vivir conforme con lo que somos, hacemos y tenemos, vivir agradecidos por lo que somos, hacemos y tenemos, vivir de manera ligera, vivir valorando el tiempo, vivir atesorando recuerdos; cada vez es más complicado sentir satisfacción y por eso se está volviendo tan fácil que entremos en depresión.
Tenemos que aprender a apreciar y valorar el valor de la voluntad...
Comentarios
Publicar un comentario