En busca de nana Tonila



En la vida de cada persona hay momentos, lugares, experiencias y personas que dejan marca, una marca imborrable para la memoria y el corazón.
Mis papás son personas de corazón noble y valiente, nos han enseñado a sentir agradecimiento por todo, nos han enseñado que la amistad y los vínculos entre las personas se forjan con los años a través de la paciencia, reciprocidad, honestidad y lealtad. 

Mis papás valoran más las pequeñas cosas que las grandes cosas, porque una pequeña acción puede significar mucho, y una gran acción puede no significar nada...

Mis papás nacieron en familias en donde las muestras de afecto nunca estuvieron presentes, con maneras rústicas de crianza fueron creciendo y formando su personalidad, muchas veces faltándoles cosas materiales y amor, pero nunca, nunca un ideal y el deseo de ser diferentes.

Un fin de semana mis papás se subieron a la camioneta y emprendimos viaje, mis hermanos y yo no sabíamos a donde íbamos, mientras mi papá conducía hablaba con mi mamá y mi abuela, mi hermana y yo tomando fotos, mi hermanito cantando, después de un rato mi mamá nos dijo "vamos a buscar a la Tonila"

Tonila: cuando mi mamá tenía dos meses de vida, llegó a la casa una señora que tomó el papel de su mamá, "nana Tonila" la cuidaba, la consentía, guardaba los secretos de las travesuras que hacía la pequeña niña, mi mamá iba creciendo y Tonila estaba ahí, cuando mi abuela salía Tonila aprovechaba para lavar la ropa de mi mamá y le decía "voy a lavar su ropa pero que nadie se de cuenta" (mi abuela le tenía prohibido a Tonila, lavarle la ropa a mi mamá) 
Ellas dos fueron creando un vínculo especial...

La historia de nana Tonila la hemos escuchado una y otra vez con mis hermanos, mi mamá nos cuenta sobre ella con mucho cariño.

Cuando nos dijo que íbamos a buscarla un sentimiento de ternura me invadió y me sentí feliz.
Pero...
No sabíamos el lugar exacto en donde vivía Tonila.
En el camino de una aldea del municipio de Pinula Jalapa, nos encontramos a una señora vivaracha y amable "doña Dora" mi papá entabló conversación con ella, contándole que estábamos buscando a una señora morenita, de estatura baja, una viejita llamada "Petronila" y le contó que ella había sido nana de mi mamá y que nosotros queríamos visitarla por haber sido tan buena con ella.

Doña Dora, volteó a ver a mi mamá y sonrió, ¡usted me parece conocida! fue lo que dijo, observándola detenidamente, con sus cachetes grandes y rosados, con una sonrisa enorme en su rostro, -usted es hija de don Augusto- mi mamá y mi papá se vieron, pues se quedaron sorprendidos de que en una aldea de ese pueblito, a muchos kilomentros de nuestro hogar, hubiera una señora desconocida para nosotros, que conociera a mi mamá y a su familia.

-¡Si! así se llamaba mi papá, ¿usted lo conoció? 

Todos en la camioneta estábamos a la expectativa, mi hermana y yo prestando atención, mi hermanito sentado respetando el silencio de los que estábamos oyendo.

-¡Pues si! si lo conocí a don Augusto, -y no es hermano del esposo de la Tonila pué- a ella la andan buscando verdá, ella como habla de usted, la quiere mucho, le dijo a mi mamá.

-¡Si respondió mi mamá! a nana Tonila, viendo con sorpresa a mi papá, mi hermana y yo congeladas.
Mi papá soltó una carcajada...

-Mire de lo que se viene a enterar uno años después, le dijo mi papá a la señora.

Mi mamá no hablaba.

-¿De qué? -no sabían ustedes que el esposo de la Tonila era hermano de don Augusto pué? dijo doña Dora, con cara de susto.

-No, dijo mi mamá, no sabíamos.

Doña Dora se despidió, nos dijo que no sabía bien por donde vivía doña Tonila, pero que llegáramos otra vez y que seguramente ella ya sabría la dirección exacta.

En el camino de regreso íbamos comentando sobre lo que doña Dora contó, mi mamá se sintió mal por no haber sabido antes que el esposo de su nana era su tío, y no solo se sintió mal por no haberlo sabido antes, se sintió mal porque ese lazo familiar se rompió ahí, con él, lo ocultaron.

Ese día no encontramos a Tonila, pero encontramos una pieza familiar faltante, un secreto, y el vínculo se hizo más fuerte, no solo con mi mamá, con todos, nos sentimos agradecidos con Tonila por su forma bondadosa de ser, nunca le dijo nada a mi mamá, nunca fue rencorosa, nunca la hizo sentir mal, al contrario, la cuidó, la quiso mucho...

Otro día regresaremos, en busca de Tonila, la amorosa nana de mi mamá...




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