Tiempo de conversión
Mañana se cumplen 8 días del fatídico atentado en una escuela de Parkland, un inicio de cuaresma que quedó marcado por una huella de sangre, un 14 de febrero que estará presente en la memoria de muchos toda la vida.
Es tiempo de conversión, de meditar y reflexionar sobre nuestros actos, es tiempo de ver más allá de nosotros mismos y sentir el dolor ajeno. Estamos viviendo en una época nociva para nuestra salud metal, lo material nos está consumiendo, aquello que nos puede hacer daño está a la orden del día.
Nuestra mirada no está puesta en los demás, nos lamentamos cuando todo a ocurrido, pero no hicimos nada para evitarlo, escuchemos, veamos y sintamos lo que viven los demás, prestemos atención a las señales que muchas veces pasan desapercibidas. Si fueramos un poquito menos egoistas y percibieramos el dolor del otro, quizá así el mundo fuera mejor.
Mi corazón y mi alma están de luto, jovenes ejemplares, con sueños y grandes metas, están ahora bajo tierra, y con ellos enterrada la felicidad de sus familias. Un chico, aparentemente "indefenso" pero con indicios de maldad, truncó 18 vidas, incluyendo la de él.
Nadie nunca le prestó atención, ni siquiera cuando anunció tan terrible acontecimiento.
Estemos alertas, seamos amables y compartamos la alegria, tristeza, dolor y los buenos momentos de los demás.
Que estos 40 días nos sirvan para fortalecernos y unirnos más, para sensibilizarnos ante lo que está pasando en el mundo y sobre todo para ser mejores personas.
Vivamos la cuaresma, recorramos con fe este camino que no acercará un poco más a la humildad y a nuestro prójimo.
Los jovenes somos la esperanza de un país y del mundo entero.
Es tiempo de conversión, de meditar y reflexionar sobre nuestros actos, es tiempo de ver más allá de nosotros mismos y sentir el dolor ajeno. Estamos viviendo en una época nociva para nuestra salud metal, lo material nos está consumiendo, aquello que nos puede hacer daño está a la orden del día.
Nuestra mirada no está puesta en los demás, nos lamentamos cuando todo a ocurrido, pero no hicimos nada para evitarlo, escuchemos, veamos y sintamos lo que viven los demás, prestemos atención a las señales que muchas veces pasan desapercibidas. Si fueramos un poquito menos egoistas y percibieramos el dolor del otro, quizá así el mundo fuera mejor.
Mi corazón y mi alma están de luto, jovenes ejemplares, con sueños y grandes metas, están ahora bajo tierra, y con ellos enterrada la felicidad de sus familias. Un chico, aparentemente "indefenso" pero con indicios de maldad, truncó 18 vidas, incluyendo la de él.
Nadie nunca le prestó atención, ni siquiera cuando anunció tan terrible acontecimiento.
Estemos alertas, seamos amables y compartamos la alegria, tristeza, dolor y los buenos momentos de los demás.
Que estos 40 días nos sirvan para fortalecernos y unirnos más, para sensibilizarnos ante lo que está pasando en el mundo y sobre todo para ser mejores personas.
Vivamos la cuaresma, recorramos con fe este camino que no acercará un poco más a la humildad y a nuestro prójimo.
Los jovenes somos la esperanza de un país y del mundo entero.
Comentarios
Publicar un comentario